Crítica de Ballerina: Ana de Armas deslumbra en el spin-off más feroz de John Wick

Si algo ha demostrado la saga John Wick desde que irrumpió en las salas en 2014, es que todavía hay espacio para un cine de acción que se toma en serio su estética, su ritmo y, sobre todo, su compromiso con la espectacularidad. Con cada entrega, este universo de asesinos a sueldo ha ampliado sus fronteras, llenando de misterio las paredes del Hotel Continental y regalándonos escenas de acción que rozan lo coreográfico. Pero Ballerina, el nuevo spin-off de esta exitosa franquicia, hace algo inesperado y bienvenido: en lugar de inflar el mito, lo aterriza.

Protagonizada por una magnética Ana de Armas, Ballerina nos lleva de vuelta a los cimientos que hicieron grande a la franquicia: la sed de venganza pura y dura. Aquí no hay demasiadas intrigas ni secciones enciclopédicas sobre la alta sociedad criminal. Lo que tenemos es a una mujer decidida, feroz y letal, dispuesta a cruzar cualquier línea con tal de encontrar al responsable del asesinato de su padre. Y sí, lo hará con estilo, con pólvora… y con más de una coreografía sangrienta que haría sonrojar a los mismísimos hermanos Russo.

Desde su primera aparición en John Wick: Capítulo 3 – Parabellum, el personaje de Rooney —una bailarina letal entrenada por la Ruska Roma, la misma organización que formó a John Wick— dejó claro que no era un simple adorno en el tablero. En Ballerina, Rooney toma el centro del escenario, y Ana de Armas se encarga de hacer de este papel algo inolvidable. La actriz cubano-española demuestra, una vez más, que no necesita que la salven ni que la rescaten: ella lleva la acción en las venas y se impone con autoridad en cada plano.

La dirección de Len Wiseman (conocido por su trabajo en Underworld) acierta al mantener el enfoque estilizado y oscuro que ya es sello de la casa, pero lo equilibra con un toque emocional que rara vez se explora en este tipo de películas. Rooney no es una máquina de matar sin rostro: es una hija que busca respuestas, una mujer herida cuya rabia se canaliza a través de una violencia tan brutal como hipnótica. Y ese enfoque, que podría parecer un cliché, funciona aquí porque De Armas logra una conexión real con el espectador. Su interpretación transmite dolor, furia y determinación sin necesidad de largos monólogos. Basta con verla caminar, ensangrentada y armada hasta los dientes, para saber que nadie la va a detener.

El reparto se completa con figuras ya conocidas y queridas por los fans de la franquicia. Keanu Reeves hace una aparición discreta pero efectiva como John Wick, recordándonos por qué su presencia sigue siendo un imán. Anjelica Huston retoma su papel como la directora de la Ruska Roma, y Gabriel Byrne aporta su veteranía con un personaje sombrío que se mueve entre lo paternal y lo siniestro. Pero todos ellos están al servicio de Ana de Armas, quien claramente es la nueva fuerza motriz de esta saga.

Ballerina no busca reinventar la rueda, y tampoco lo necesita. Es una carta de amor al cine de acción clásico, con sus explosiones, persecuciones, duelos a cuchillo y uno que otro lanzallamas para mantener las cosas interesantes. El guion de Shay Hatten y Derek Kolstad (creadores del universo original) sabe cuándo frenar y cuándo pisar el acelerador, aunque es cierto que, en algunos momentos, el ritmo podría haberse condensado para evitar que ciertas escenas se alarguen innecesariamente.

En definitiva, Ballerina es una celebración del género, pero también un paso adelante para la franquicia. Ana de Armas no solo sostiene el peso de la película: lo abraza, lo carga y lo convierte en su propia arma. Con una duración de 125 minutos que se sienten como un suspiro cargado de metralla, esta es una de esas cintas que hacen que salgas del cine con el corazón acelerado y la mente dando vueltas, no por la trama, sino por la intensidad de la experiencia.

Lo mejor: Ana de Armas, absolutamente desatada y carismática, convirtiéndose en la nueva reina del cine de acción.
Lo peor: Algunos tramos podrían haberse editado con más agilidad.

Para los que creen que ya no se hace cine de acción como el de antes, Ballerina es la respuesta: sí se hace. Solo hay que saber dónde buscar.

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Enrique Alonso

Escribir sobre cine es para mí una pasión que me permite compartir mis conocimientos y opiniones con un público interesado en el tema. Me encanta analizar películas, series y documentales desde diferentes perspectivas, incluyendo su producción, su impacto cultural, sus interpretaciones y su recepción por parte del público.